Cuento surrealista

Un viaje al paraíso

¿Nunca te ha pasado que un sueño tuyo se hace realidad? Pablito un niño de 6 años tampoco nunca se imaginó que un sueño se convirtiera en algo muy real que él viviría, pero le pasó. El siempre soñaba con muchas cosas reales y no reales. En sus sueños a veces soñaba con su familia y ellos iban a un parque de diversiones o también soñaba con sus amigos haciendo travesuras y jugando sin tener que ir a la escuela. Pablito soñaba sueños que podrían realizarse en la vida real pero también soñaba con que tenía súper poderes y otros sueños que el sabia nunca se iban a hacer realidad.

Un día se despertó en el medio de la noche porque tuvo un mal sueño, pero al despertarse él se asustó mucho. Pablito no tenía idea en donde se encontraba y no reconocía nada porque no estaba en su cuarto. Intentó volverse a quedar dormido, pero no podía dormir. En ese entonces se paró y miró por la ventana porque estaba muy iluminado afuera. Al mirar afuera vio un caballo que lo estaba viendo y le habló y dijo que saliera. Pablito no lo podía creer, porque los animales no hablan. Él se escondió y el caballo le dijo que no tuviera miedo. El caballo le explicó que solo quería llevarlo a pasear para que viera lo maravilloso que era su pueblo. Pablito en ese entonces decidió salir e ir con el caballo.

Saliendo del cuarto Pablito observo que el panorama era hermoso, pero muy diferente a la vida real de donde venía. Miró el cielo oscuro pero rojo, todo estaba muy alumbrado. El caballo lo llevó a caminar y distinguió a humanos también y eran muy amables y hasta le ofrecían comida a Pablito. El miro un arcoíris grande y brillante, fue asombroso. Fueron a un lugar que estaba lleno de cruces y ahí descubrio que es donde salía el arcoíris. Después de ahí siguieron caminando y se encontraron con un ángel azul. Pablito en ese entonces pensó que estaba muerto y que por eso estaba aquí. El ángel le dijo que no se preocupara que no estaba muerto y que iba volver a su vida de antes.

            Pablito y el caballo siguieron caminando y recorriendo el pueblo. El miraba a su alrededor y reconoció varios dragones volando. En ese entonces se toparon con el dragón más grande. Él era verde y azul y tenía cuernos. El caballo le dijo que no se asustara que él era el más amable de todos los dragones y que solo lo quería saludar. Y asimismo fue como pasó el dragón lo saludó y lo llevó a dar una vuelta volando. En el cielo todo se veía mucho mejor. Él podía ver todas las viviendas y árboles que había. La gente aparecía muy pequeña. Su viaje llegó a su fin y el dragón lo dejó en la puerta de donde salió. El caballo ahí lo estaba esperando y le dijo que ya era hora de descansar. Pablito entró a la casa y se fue a dormir.

            Al despertarse al siguiente día, Pablito no podía creer lo que había pasado. ¿Sería solo un sueño o realmente realidad? No sabía si contarle a sus padres o amigos porque no le iban a creer. Tal vez hasta se burlarían de él. Decidió no contarle a nadie y guardarlo como un secreto y como una bonita experiencia.

FIN